Amanecer
Finalmente, un último clic y todo terminó.
Retomó su ritmo de vida, volvió a correr, a esa hora en que la noche ya no está y el día todavía no ha llegado. Aunque la frustración se había adueñado de su ser, aquella mañana su instinto le obligó a mirar hacia el horizonte. Se detuvo, observó y creó.
Mi pequeña luna, ¿por qué te niegas a dormir? Resistes como una adolescente disputando su derecho a brillar.
Sabes que el sol, un padre amoroso y constante, obligará a su niña a obedecer.
«Esta noche volverás a reinar»
